Wednesday, March 29, 2017

Las caídas entre los adultos mayores

© Imelda Maurer, cdp
Cuando un adulto mayor (de 65 años o más) se cae, este evento de salud puede ser mayor y traumático, a menudo llevando a la muerte del paciente en el plazo de un año. Hay muchos Programas Contra las Caídas para los adultos mayores que residen en la comunidad (que no residen en centros de asistencia o centros de cuidados).

El Consejo Nacional Sobre el Envejecimiento ofrece información acerca de  varios programas así como folletos, videos y consejos sobre la prevención de caídas en su sitio web. Los Centros de Servicios ofrecen a menudo tales cursos a costo mínimo. Encontré un programa (de ocho clases) titulado “Matter of Balance” (Cuestión de Equilibrio) en St. Louis por solamente $3.25 por todo el programa.

Curiosamente, un factor de riesgo mayor de las caídas entre los adultos de la tercera edad es precisamente el miedo de caerse. Este miedo se traduce en cambios físicos en el comportamiento de cómo se mueven los ancianos. Las clases que mejoran el equilibrio, la fortaleza y más ejercicio físico proporcionan una base de confianza psicológica y física las cuales reducen el miedo de caerse.

Michelle Obama ha popularizado la expresión “Sigamos moviéndonos”. Es buen consejo a través de toda la vida útil. 

Siempre llegando a la mayoría de edad

Publicado: 19 marzo de 2016  01:09 PM PDT
© Imelda Maurer, cdp

Después de una prolongada ausencia de mi querido blog  -- ¡Ya estoy de regreso! Sigo aún entusiasmada para hablar sobre lo que es la vida y lo que puede ser en nuestros años de envejecimiento, sobre un envejecimiento saludable, sobre las expectativas de envejecimiento – sobre cómo nosotras que servimos a los ancianos podemos traducir nuestro conocimiento y creencias positivas sobre la edad y el envejecimiento en ambientes y operaciones de organización que reflejan esas creencias para los beneficios de ésos a quienes servimos.

¿Han visto la noticia sobre la nueva película de Sally Fields, titulada “Hola, me llamo Doris”? Sally hace el papel de una mujer de unos 60 años que regresa al lugar de trabajo después de la muerte de su madre y se encapricha con un tipo recién contratado en la oficina que tiene unos 30 años.

Fields, que de hecho está a punto de cumplir sus 70 años, fue entrevistada en la revista semanal “GO!” la cual se publica por el St. Louis Post-Dispatch. En la entrevista, Fields describe esta nueva película como “una historia de una persona mayor que llega-a-la-mayoría-de-edad.” Luego sigue diciendo – y esto es lo que amo y creo--: “Nuestro desafío  en vida, como seres humanos, es que siempre estamos llegando a la mayoría de edad. Siempre estamos pasando a la siguiente fase de vida”.  ¿Están dispuestas a hacer ese cambio? ¿Tienen el valor suficiente de salir de lo que se siente cómodo?

¡Cambio –sólo otra palabra para transición -- es el aspecto de vida más omnipresente! El crecimiento y el desarrollo es lo que ocurre a través del proceso de cambio. Estos cambios son transiciones.  ¡Siempre estamos, en cada fase de nuestra vida, en transición!
Algunas transiciones son más evidentes que otras:
            Al casarse;
            Al embarazarse;
            Al convertirse en un estudiante de posgrado;
Al convertirse en suegra;
Al volverse canoso;
Al convertirse residente en un lugar distinto, una nueva dirección;
Al convertirse en un representante electo;
Al dejar un liderazgo electo luego de que se venza el mandato.

Observe que algunos de estos cambios reflejan cambios físicos; algunos implican cambios emocionales profundos; todos reflejan cambios sentimentales. Esto afirma la realidad sagrada y profunda que las relaciones son el corazón de la vida.

Transiciones ocurren a través de la vida. No son fases de vida que ocurren simplemente cuando nos “jubilamos” o cuando “dejamos el ministerio activo”. Estar en transición no es un signo que la persona está ya en la tercera edad; es un signo de cambio – de tener la posibilidad de crecimientos y desarrollos. ¿Estamos dispuestas a ser nosotras mismas más verdaderas, más hermosas y más completas en nuestra tercera edad o fácilmente sucumbimos a lo que nos dice la sociedad quienes son “los viejos”?


Tenemos la posibilidad de crecimiento y desarrollo hasta aún nuestro último aliento. ¡Piensen en esto ampliamente y contrástenlo con todo lo que nos dice nuestra sociedad en general y los medios de comunicación! ¡Sigamos llegando a la mayoría de edad! ¡Sigamos con el proceso de transición en maneras maravillosas, sabias y positivas – la manera de crecimiento, la manera de envejecimiento! ¡Proveamos el testimonio profético de un Dios misericordioso, Él que nos ama con abandono, Él que formó estas fases de nuestras vidas, Él que crea sólo el bien! 

Nuestro legado de preparación para el ministerio

Publicado: 29 de junio 2016 AM PDT
© Imelda Maurer, cdp

La Hermana, Jane Behlmann, CSJ, es la archivista aquí en la residencia provincial de St. Louis.  A menudo publica información sobre la historia de sus Hermanas.  En las entradas del historial, la Hermana Jane generalmente incluye fotografías las cuales se relacionan con las personas o de lo que ella escribe.
La publicación de ayer incluyó la siguiente cita que se extrajo del Anuario CSJ del año 1936, un informe anual sobre los acontecimientos que sucedieron el año anterior dentro de la provincia:

“Las clases regulares para las Hermanas en las misiones de St. Louis tomaban lugar en la Residencia Provincial (Nuestra Señora del Buen Consejo, Avenida Cass) todos los sábados durante el año escolar.  La sesión de verano, la cual siempre toma lugar en la Universidad Fontbonne, se inició el 28 de junio y continuó hasta el 3 de agosto. Cada día autobuses fletados llevaban a y traían de Fontbonne a 52  Hermanas. Solamente el amor a la obediencia y  la devoción y el celo religioso por las almas que tenían las Hermanas habrían podido soportar la rutina diaria de labor en la adquisición de conocimiento espiritual, cultural e intelectual, los cuales se utilizarían después para promover los intereses del Señor y la Comunidad.”

He aquí en la siguiente fotografía de las Hermanas (de diferentes Congregaciones religiosas) asistiendo a las clases durante el verano de 1946.  Tales realidades de multitudes de Hermanas  pasando sus veranos avanzando su educación no era raro verse en cuanto se apoderó la Conferencia de Formación de las Hermanas.
            

Este aspecto de nuestra historia como mujeres religiosas en los Estados Unidos es claro: hubo un esfuerzo deliberado desde nuestros inicios de mandar a las Hermanas a estudiar – de adquirir el conocimiento necesario, “espiritual, cultural e intelectual” para eficazmente “promover los intereses del Señor y la Comunidad.”
Este reto hoy en día necesita ser convincente en el fondo de nuestras almas que el ministerio de servicio a nuestras ancianas es como cualquier y toda Obra de Misericordia – otra definición del ministerio apostólico – que ha caracterizado todo nuestro ministerio a otros.

Cuando esa creencia llegue a ser parte de nuestra conciencia colectiva, también podremos ver y actuar sobre sus implicaciones, sola una siendo la de continuar nuestro legado de una preparación espiritual, profesional, capaz y adecuada para el ministerio hacia las nuestras.